jueves, 9 de mayo de 2013

La lista y los siete tontos


Había una vez, en un piso de diez plantas, vivía una niña a la que todo el mundo le llamaba la lista, ya que era la más lista de el pueblo. Su verdadero nombre el Blanca Nieves Asecas. Tenía siete hermanos. Los siete nacieron a la vez, se podría decir. Eran más pequeños que Blanca. A ellos los llamaban los siete tontos, porque eran los más tontos del pueblo.

La lista y los siete tontos viven en un pueblo de Asturias, no sé sabe el nombre exactamente, así que no lo diré.

Se dirigían a la escuela, Blanca al instituto y sus hermanos al colegio de primaria. Blanca estaba en segundo de E.S.O. Sus hermanos estaban en cuarto de primaria.

Cuando salieron del colegio, los siete tontos se fueron a sus clases de informática. Blanca tenía que ir a su casa a hacer los deberes y a prepararle la cena a sus hermanos.

Sus padres sufrieron un accidente de tráfico por culpa de una explosión de gas. Así que ahora su hermana tenía que prepararle a sus hermanos todo lo que necesitaban. Hacía sus camas, les preparaba la comida,...

Muchas veces Blanca faltaba al instituto porque alguno de sus hermanos había enfermado y lo tenía que llevar al médico.

Dentro de una semana era el cumpleaños de Blanca y invitó a todos sus amigos. Siempre que celebraba algún cumpleaños sus hermanos se lo estropeaban. Tiraban cosas por el suelo, rompían sus regalos, se comían toda la comida, etc. Pero este año iba a ser diferente, había planeado una Gymkana para sus hermanos, así estarían entretenidos mientras se lo pasaba genial con sus amigos.

Quedaba un día para su cumpleaños y lo tenía todo planificado. Primero, se comerían la pizza. Luego Blanca iría a la pastelería a por la tarta que había encargado. Y después se la comerían. También había organizado una fiesta de pijamas para sus mejores amigas, ya que se iban a quedar a dormir. Después de todo eso irían a por sus hermanos a el parque donde estaba escondida la última pista de la Gymkana.

Era la tarde de el cumpleaños. Todo salía como Blanca lo había planeado. Sus hermanos estaban en la Gymkana, sus amigas se lo estaban pasando genial,...
Todo estaba saliendo como Blanca había planeado excepto por una cosa. Había una señora en la puerta del piso de la casa de Blanca, y no paraba de llamar al timbre. Era una señora mayor de unos cincuenta o sesenta años y llevaba en la mano un paquete que decía: “Felicidades mi niña”. Blanca abrió la puerta y la dejó pasar. Le dio en regalo, en su interior había una manzana de caramelo. La cogió y le pegó un mordisco y calló seguidamente al suelo. Sus amigas se fueron asustadas a sus casa y la mujer se fue riéndose.



Al cabo de dos horas volvieron sus hermanos a casa y la vieron tendida en el suelo. Fueron corriendo a buscar ayuda a través del móvil de Blanca. Mientras esperaban la tumbaron en su cama y le pusieron flores al rededor. A la media hora vino y joven muy apuesto muy amigo de Blanca. Sujetó su cabeza y le dio un beso. Perdió las esperanzas y de repente Blanca despertó y abrazó a aquel joven. La cogió en brazos y la llevó al coche del padre del joven para llevar a Blanca al hospital.

FIN

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